La fiebre de compartir ubicaciones y fotografías de forna irresponsable

El Colectivo Imastanen advierte sobre el peligro de exponer frágiles yacimientos en redes sociales y compartir ubicaciones irresponsablemente en grupos de “buscadores de yacimientos guanches”.

El colectivo comienza el año con el deseo de llamar a la cautela a todos los aficionados a la arqueología, especialmente en la isla de Tenerife, dado el balance “terrorífico” del año que acaba de finalizar en lo relativo a daños y expolios sufridos por el patrimonio indígena. Un año en el que se han podido verificar numerosos casos de destrucción y desaparición de valiosos restos arqueológicos guanches en la isla. Además de los atentados más notorios como consecuencia de pelotazos urbanísticos promocionados por el aparato político-empresarial que gobierna la isla -como los de Adeje, Granadilla, El Rosario, Arico y otros tantos ya denunciados en prensa y ante las autoridades competentes a lo largo de 2024 por nuestro colectivo-, se han incrementado otro tipo de atentados: Aquellos provocados por las malas prácticas, agresiones y expolios de particulares sin conciencia alguna sobre los frágiles valores que visitan. 


Si bien siempre han existido actos de vandalismo y expolio sobre el patrimonio guanche, lo cierto es que el ritmo al que se están produciendo actualmente, corresponde sin duda con una “tendencia” en auge, consistente en exponer públicamente estos lugares como si de algo trivial se tratase, atrayendo inevitablemente a personas con malas intenciones o con un nulo entendimiento de cuál debería ser la praxis en torno a un patrimonio tan frágil y sensible. Y es que no falla; en cuanto un lugar, antes conocido y frecuentado por un número reducido de personas que velaban por su preservación -sabedores del valor cultural y científico de las manifestaciones rupestres y otros restos indígenas presentes en una zona-, se populariza y da a conocer de manera indiscriminada, comienza a ser víctima de todo tipo de alteraciones, cuando no directamente de destrozos y saqueos.


Precisamente en estos primeros días de 2025, nuestro colectivo ha debido dar aviso al Área de Patrimonio del Cabildo para que actúe sobre una serie de cuevas con restos humanos de época precolonial, que tras haber sido compartidas su ubicaciones en grupos de aficionados a la arqueología, han comenzado a recibir visitas frecuentes. Quienes conocían el lugar desde antaño testifican que además de esqueletos, estas cuevas funerarias poseían collares de cuentas y  otros ajuares funerarios y muy probablemente hasta tiempos relativamente recientes, aquellas partes del cuerpo más apreciadas por los coleccionistas como son los cráneos y manos de los difuntos. Las cuevas se encuentran en una zona próxima al área metropolitana. La intención de poner estos enclaves en conocimiento de las autoridades competentes es la de posibilitar que se emprendan acciones de estudio y reconocimiento por parte de especialistas que pudieran aportar un mayor conocimiento sobre estas prácticas funerarias en esa zona del litoral. Un litoral, que por otro lado también está amenazado por proyectos urbanísticos que pretenden seguir construyendo urbanizaciones, vías de circunvalación y todo tipo de infraestructuras sobre estos terrenos. Sobre todo queremos que se protejan y preserven, tratándose de espacios sepulcrales.


Precisamente en la misma zona se han podido hallar grabados no catalogados que pudieran contener signos alfabéticos del Líbico-Canario, tarhas lineales y estrellas de cinco puntas, tan comunes en las inmediaciones de aquellos espacios elegidos por los guanches para depositar a los difuntos. Tras dar aviso al área de patrimonio se espera que estos grabados rupestres pasen a formar parte del catálogo municipal de esa zona y que de este modo pueda prevenirse su desaparición como consecuencia de la planificación urbanística que amenaza con sepultar ese área para siempre bajo carreteras, edificios y rotondas.


Los proyectos empresariales con luz verde que contemplan la creación de nuevas urbanizaciones y áreas comerciales en diferentes puntos de la isla, no tienen en cuenta el valor, no sólo paisajístico y biológico de las zonas elegidas, sino que ignoran completamente la presencia de restos materiales guanches dentro de estas áreas al no existir aún catálogos arqueológicos municipales definitivos que tengan en cuenta gran parte de los yacimientos existentes. En muchos municipios pese a haberse dado el pertinente aviso para que éstos sean incluídos y registrados en los respectivos catálogos insulares y municipales, lo cierto es que rara vez se producen movimientos en este sentido cuando se trata de los ayuntamientos y a veces cuando se producen es ya demasiado tarde, al haber podido quedar afectados irremediablemente. Recordemos que según la vigente Ley 11/19 del Patrimonio Cultural de Canarias, los ayuntamientos son los principales responsables de tener elaborados sus catálogos y obtener los medios necesarios en colaboración con Cabildo y Gobiernos de Canarias para su salvaguarda y puesta en valor. 


Pero el principal problema es de carácter educativo. Existe una omisión en los planes de estudio de las aulas canarias, sobre patrimonio indígena canario y muy pocas por no decir inexistentes iniciativas públicas de divulgación pedagógica acerca de los valores arqueológicos conocidos y registrados. Ante la amenaza de un modelo de crecimiento urbano tan agresivo e imprudente como el que se impone de mano del interés empresarial privado, las propias instituciones parecen actuar como cómplices, con su falta de coordinación e interés real por custodiar nuestro patrimonio ancestral, lo que se traduce en una deficiente protección de valores tan importantes y con tanto significado para la historia e identidad cultural canaria. Una aparente negligencia institucional que junto con el crecimiento de esta nueva “fiebre” entre los aficionados por intercambiar ubicaciones para acceder a estos enclaves y así “coleccionar” fotos o directamente materiales de factura indígena, están poniendo en peligro los últimos vestigios que nos quedan de nuestros guanches y con éstos, la posibilidad de dejarlos en herencia para aprendizaje y riqueza cultural de las generaciones venideras. Creemos que la solución si duda pasa por la incorporación de contenidos en las aulas y en otros espacios de aprendizaje, que pongan en valor áreas del conocimiento como son la arqueología, la antropología, la historiografía o la etnografía, aportando luz y entendimiento sobre nuestros orígenes y con ello, más amor y respeto por las raíces que nos unen a una tierra, que pese al daño que le infringimos,nos continúa acogiendo llena de belleza y fertilidad. Los amantes del mundo guanche tenemos que actuar con mayor prudencia, precaución y respeto por estos lugares antaño sagrados, evitando prácticas que involuntariamente propicien su masificación y la posible atracción de visitantes indeseables, al tiempo que seguir presionando a las autoridades para que se implementen medidas educativas y de prevención eficaces.



  

Colectivo Imastanen

Defendiendo el legado superviviente


Noticia en ElDiario.es

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