Más yacimientos guanches amenazados en el municipio de Güimar: Desidia y abandono hacia el patrimonio arqueológico indígena

 

Desde el colectivo Imastanen queremos una vez más, hacernos eco de las quejas vecinales en el municipio de Güimar en relación al estado de abandono y degradación del legado patrimonial indígena que se encuentra en este territorio. En esta ocasión fuimos alertados debido al riesgo de destrucción que amenaza una serie de grabados rupestres como consecuencia de unos de vertidos de escombros sobre un barranco que contiene estos bienes culturales que, aunque catalogados por el Área de Patrimonio del Cabildo, permanecen sin protección alguna. Una explotación ganadera en la zona de Agache, que se encuentra en el linde de un conocido barranco, ha modificado no solo la zona sobre el propio barranco en donde se asienta, destruyendo la flora del lugar y amenazando a las diferentes especies de fauna presentes, sino que de manera sistemática ha venido arrojando dentro del cauce escombros, realizando movimientos de tierra significativos y vertiéndolos dentro del barranco, así como otros residuos y desechos generados por su actividad de explotación ganadera.


La fisionomía del barranco ha quedado gravemente afectada con el desastre paisajístico y medioambiental que esto comporta. Por si fuera poco en ese mismo barranco, a escasos cien metros de donde se encuentran los residuos y escombrera generados por la actividad, se hallan una serie de grabados guanches y diferentes materiales arqueológicos en superficie. Esta zona ha sido habitada desde tiempos remotos y especialmente cuenta con numerosos vestigios de los antiguos habitantes, ancestros mazigios del actual pueblo canario, tales como cuevas de habitación, concheros y restos de material cerámico, obsidiana, etc…que nos hablan de un asentamiento permanente en el lugar. Nos preocupa especialmente la integridad de los petroglifos como legado testimonial indígena, que de manera simbólica señalaban puntos considerados de especial relevancia para los antiguos. Ya fuera por poseer un valor ritualístico y sacramental o por tratarse de puntos de observación y reunión, el caso es que estos grabados no han sido pertinentemente estudiados, por lo que su valor y significados, con toda la información arqueológica que éstas muestras de arte rupestre puedan ofrecer para los expertos, siguen siendo un misterio. De verse afectados, estaríamos presenciando una vez más la pérdida de un valor patrimonial irrecuperable, con todo su bagaje identitario y cultural condenado al olvido permanente. Hablamos de unos grabados con motivos geométricos y figurativos de gran interés.


Además de este atentado contra el medio natural y patrimonial que parece pasar inadvertido ante las autoridades, queremos denunciar otra situación que por dantesca no deja de ser bastante común en nuestro territorio. En un barranco próximo al anterior, unos vecinos nos alertan de la presencia de un cable de alta tensión abandonado, que cruza el barranco de lado a lado, pasando sobre una cueva con valores arqueológicos sin protección. La cueva, según nos consta, ya ha sido catalogada con todo el contenido de restos arqueológicos en su interior, si bien desconocemos si se ha realizado una prospección y estudio exhaustivo de la misma. Nuevamente, la situación habla de un total desprecio y abandono hacia el legado cultural indígena, que acaba viéndose una vez más acorralado por los restos de actividades humanas recientes, que no solo destruyen el paisaje y amenazan la biodiversidad, sino que alteran la naturaleza del lugar con residuos de toda índole. Una vez más el patrimonio guanche se ve afectado por la dejadez de los responsables institucionales, que parecen mirar hacia otro lado.


Por si todo esto fuera poco, en la misma zona de Agache, al pié de una pista de tráfico rodado próxima, se encuentran otra serie de grabados guanches protegidos únicamente por cuatro piedras colocadas aleatoriamente por algún vecino, consciente del valor arqueológico presente. No obstante estos grabados no disponen de señalización alguna ni de una adecuada protección que garantice su conservación. Nos preocupa especialmente que a escasos cuatro metros, del otro lado de la pista, se encuentra una finca privada con containers dispuestos a modo de viviendas, de reciente instalación. Al estar pegados a la propia pista y dada la fragilidad de estos grabados, en un entorno en donde siguen aumentando las construcciones -ignoramos si de manera legal o ilegal- y sobre todo debido al desconocimiento generalizado de la presencia de dichos bienes patrimoniales, los grabados se encuentran bajo un riesgo de desaparición alarmante. Tres piedras mal puestas para delimitar el yacimiento y señales de vehículos aparcados sobre los propios grabados, nos permiten confirmar los temores de que este yacimiento pasa inadvertido ante quienes allí realizan sus actividades agrícolas y/o recreativas. Excrementos de caballos sobre la pista y sobre el propio yacimiento, de igual manera nos hacen deducir que esa zona es paso frecuente de actividades ecuestres. Otras señales y huellas también atestiguan el paso habitual de corredores en la práctica de Trekking, muy común en esa zona.


No queremos dejar de reiterar una vez más nuestra preocupación en relación al nuevo proyecto de parques eólicos que afecta a esta comarca. Bajo el nombre de Pilón I y Pilón II se ha proyectado la instalación de numerosos aerogeneradores en los municipios de Güimar y Fasnia. Agache quedaría especialmente afectada en su riqueza paisajística, patrimonial y biológica ante este nuevo proyecto de proporciones descabelladas, que sigue perseverando en la depredación del territorio en una apuesta de las administraciones por la expansión de energías renovables a manos de empresas privadas, a costa de zonas naturales de especial interés científico y medioambiental. En lugar de aprovechar cubiertas, tejados, zonas industriales, edificios y espacios urbanizados, se sigue apostando por extender estos ingenios, que se ha demostrado, tantos efectos perniciosos tienen sobre la vida silvestre -especialmente para las aves- , así como para los ecosistemas y paisajes en los que se enclavan. Polígonos fotovoltaicos y aerogeneradores de gran envergadura, con sus vías estructurantes para transportar los materiales de construcción y mantenimiento, en mitad de espacios naturales y patrimoniales, son vendidos ante la opinión pública, como parte de esa transición hacia un modelo basado en las energías limpias. Lo cierto es que dispersar este tipo de instalaciones sobre el poco paisaje natural que nos queda y más cuando los beneficios en términos de precio para el consumidor no son reales, solo defiende un modelo de lucro privado que no se traduce en beneficios directos para la ciudadanía y sí en grandes daños y perjuicios para los vecinos de estas zonas afectadas.


          Colectivo Imastanen

Defendiendo el legado superviviente

    

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