Al fin sucedió: Destrozos en el yacimiento amenazado que venimos denunciando hace meses ante el Ayuntamiento de Güímar: Grabados guanches son destrozados, ante la pasividad institucional.
Pese a nuestras reiteradas denuncias a lo largo de 2025 respecto a un importante yacimiento con grabados indígenas en Gúimar, desprotegido y amenazado incluso por la realización de una prueba deportiva, hemos podido comprobar en una reciente visita cómo alguno de los grabados ha sufrido daños permanentes en lo que parece un ataque intencionado.
Ya en primavera se dió aviso a las autoridades locales, de quienes únicamente obtuvimos respuesta por parte de algún responsable del área de medioambiente del Gobierno de Canarias que sin embargo nos indicó que la competencia en lo relativo a la protección y conservación de los bienes arqueológicos, es del propio municipio en el que éstos se encuentran ubicados. Si bien es cierto que un técnico del Área de Patrimonio del Cabildo mostró interés por el caso y que alguno de los anteriores responsables del Ayuntamiento de Güímar se pusieron en contacto con nosotros, nunca pudimos llegar a reunirnos con estos últimos, pese a emplazarlos en varias ocasiones con la intención de mostrarles los grabados y buscar soluciones inmediatas.
Durante el evento deportivo que tuvo lugar en el mes de Julio pasado y pese a nuestra alarma pública por el daño al que se verían expuestos los vestigios guanches mencionados, -por encontrarse junto a una vía transitada por vehículos y que tal y como se preveía fue ocupada por el público aficionado a esta modalidad deportiva- tuvo que ser un compañero del colectivo quien hiciera acto de presencia en el lugar, con tal de advertir a las personas allí reunidas de que se encontraban en una zona de alto valor patrimonial. El miembro de Imastanen que allí se personó, debió explicar a las familias que presenciaban la carrera, que se encontraban pisando y alterando una zona que contiene grabados rupestres guanches, no sin recibir muestras de asombro por parte de las personas que hasta allí acudieron para animar a sus familiares y amigos inscritos a la carrera, ignorantes de este hecho. No entendían cómo un lugar tan frágil y vulnerable, no tuviera ningún tipo de señalización que indicase unas mínimas medidas a tener en cuenta, dada la importancia cultural del lugar. En esa ocasión se consiguió evitar que se produjeran más daños -los grabados ya habían sufrido daños recientes debido al estacionamiento y tránsito de vehículos, al encontrarse cerca de una finca donde se habían producido movimientos de desmonte- pero la cita con las autoridades locales nunca llegó a darse. Y no porque no lo intentasemos por todos los medios.
El concejal de Patrimonio, Cultura y Fiestas del recientemente depuesto gobierno municipal güimarero -destituido hace menos de dos meses tras una moción en la que se les acusaba de clientelismo y otros comportamientos dudosos-, haciendo gala de un cinismo por desgracia bastante común entre los responsables locales en la materia, se puso en contacto con nosotros a través de otro concejal y del propio alcalde, aún en el gobierno en ese momento. Tras concertar cita hasta en dos ocasiones y prometernos abordar el asunto de urgencia, el concejal nunca más dió señales. El nuevo equipo de gobierno entrante, parece querer tomar cartas en el asunto en recientes comunicaciones con nuestro colectivo, y por fin cumplir con su deber, tal y como dictan sus competencias por mandato legal, sin embargo y más allá de intenciones y aspectos burocráticos, lo cierto es que los grabados ya han sufrido daños irreparables y seguimos esperando medidas urgentes
No hemos dejado de insistir en éste y tantos otros casos de destrucción y desprotección del patrimonio guanche en Tenerife, sobre el hecho causal de que ningún ayuntamiento de la isla, pese a las promesas veladas de algunos, haya completado su carta arqueológica municipal. Nos preocupa además que entre los cargos de responsabilidad designados por decisión política para gestionar el área en el común de los ayuntamientos, no existan personas formadas ni técnica, ni profesionalmente, para desempeñar esta labor, dejando al conjunto del patrimonio en la más absoluta indefensión. El desconocimiento trae desinterés y el desinterés genera desidia y en última instancia, abandono e indefensión. En estas últimas semanas se han producido contactos con el actual gobierno local y con técnicos del Cabildo Insular, a quienes sea dicho de paso, agradecemos su voluntad a colaborar, llegando a visitar con nosotros el enclave, ya registrado en el catálogo insular. Pero tenemos que señalar una y otra vez que la competencia directa en materia de salvaguarda, protección y divulgación de un bien arqueológico es en primera instancia, de los ayuntamiento correspondientes. Con las mejores intenciones, manifestadas en una reunión reciente por la actual concejal de Patrimonio en Güímar, así como por la propia alcaldesa, lo cierto es que hace falta que se tomen medidas imperativas de una vez por todas. En el entretanto, entre promesas no cumplidas, desafecto hacia el legado indígena, dejación de funciones y protocolos laberínticos, el yacimiento acaba de sufrir nuevos daños, con fragmentos del soporte de piedra en donde se encuentran alguno de los paneles rupestres, arrancados por efecto de algún golpe mal intencionado o fortuito. Nunca lo sabremos.
Además, cuando tras nuestra última denuncia este verano, un agente de medioambiente alarmado por la noticia, se pone en contacto con nosotros al cual facilitamos más información , -dado que nuestra denuncia también hacía alusión a la afección sobre el barranco adyacente en donde también existen otros vestigios guanches amenazados- a causa de un desmonte ilegal en una finca colindante, con vertido de escombros sobre el barranco poniendo en peligro los yacimientos arqueológicos.
En nuestra última visita hace unos días las piedras que impedían el acceso y estacionamiento de vehículos sobre los paneles de grabados, habían sido retiradas y nuevas huellas de vehículo anunciaban un daño previsiblemente mayor. Lamentablemente, así fue: El deslasque de una piedra con grabados confirmó el relato de una muerte anunciada. No obstante y pese al lamentable estado que presenta el yacimiento arqueológico, aún quedan bienes que proteger en ese enclave, con tipologías de grabado diversas que además de su incalculable valor cultural y patrimonial, podrían seguir aportando pistas sobre la vida, costumbres y creencias de nuestros antepasados. En ese mismo área se encuentran como decíamos, otros vestigios apenas supervivientes, como una cueva que fue sepultada en gran parte al construir una pista de asfalto y que pese a encontrarse entullada con tierra, escombros y residuos varios, podría aún contener gran cantidad de material arqueológico, con información gran valor de cara a una necesaria investigación sobre nuestro pasado y herencia cultural.
Confiamos en que el nuevo consistorio actúe de emergencia y todas las partidas presupuestarias que existen a disposición de las administraciones locales para que la ley se cumpla de forma efectiva y se elaboren de una vez por todas los catálogos arqueológicos municipales, encuentren aplicación práctica en la inmediata protección de espacios tan vulnerables y preciados. Los cuales pese a toda la tinta e intenciones vertidas en el papel, siguen desapareciendo uno detrás de otro, abandonados a su suerte entre la ignorancia de muchos y la desidia culpable de unos pocos.
Colectivo Imastanen.
Defendiendo el legado superviviente.
Comentarios
Publicar un comentario