16 de noviembre, ‘Día Mundial del Patrimonio’.Otro año más sin nada que celebrar.

Lo que para muchas causas, una fecha en el calendario significa la visibilización —al menos por un día— de sus valores y defensa, pasa desapercibida para quienes cada día se levantan a luchar por la preservación de su historia con el único objetivo de que perdure en el tiempo para que las generaciones futuras no rompan los lazos con las raíces que construyeron una cultura merecía y aún merece todo el respeto.

Y es que, cuando hablamos de patrimonio, a los responsables públicos se les llena la boca al contar las partidas presupuestarias que destinan al patrimonio arquitectónico ligado a las culturas que participaron en la conquista de las Islas, olvidándose de los verdaderos orígenes. Una muestra evidente de que aquellos que tenían como objetivo borrar la huella de los guanches cumplieron muy bien su cometido.

Parece que aún queda lejos el que las administraciones incluyan en sus agendas la protección, el estudio y la divulgación del patrimonio indígena de la isla de Tenerife. Un legado que cada día se ve amenazado por la desprotección a la que está sometido, frente a grandes proyectos urbanísticos, actividades de gran impacto medioambiental o simplemente, por el abandono.

Han sido innumerables las promesas recogidas por los medios de comunicación sobre la creación de centros de interpretación, parques arqueológicos o yacimientos visitables, que iban a poner en valor nuestra historia y que ayudarían a conservar, estudiar y divulgar este rico patrimonio arqueológico. No hace falta decir que todas ellas se han quedado en eso: Promesas.

Aunque este panorama dibuja un escenario vergonzoso para quienes ostentan la responsabilidad de proteger la historia de un pueblo, desde el pueblo mismo seguirá surgiendo un movimiento que no se mueve por contrapartidas económicas, sino por el amor a su cultura, legado y raíces. Porque nadie debe avergonzarse de ellas. Al contrario, debemos estar orgullosos de vivir en la misma tierra en la que caminaron aquellos que pisaron los mismos montes y playas que nosotros, y que debemos seguir protegiendo para vivir en armonía con nuestro entorno, tal y como lo hicieron ellos.

Porque algún día queremos que SÍ se celebre el Día Mundial del Patrimonio para nuestro pueblo guanche.


Foto 1: Grabado en Abona

Foto 2:Edificio ubicado en La Centinela. El inmueble ha sido objeto de todo tipo de especulaciones e intentos de pelotazos empresariales. Finalmente y gracias a la presión popular se consiguió que sea destinado a crear el primer centro de interpretación de Tenerife en una de las zonas más ricas en yacimientos. De momento y pese a promesas y partidas económicas previstas, sigue sin ser una realidad. Ojalá no se quede en otra promesa sin realizar.



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