Imastanen denuncia públicamente un grave atentado patrimonial en el Barranquillo de la Solapa en el municipio de Granadilla.

 La semana pasada unos vecinos del municipio nos alertaban de la presencia de maquinaria pesada trabajando en el Paisaje Natural Protegido en torno a las emblemáticas montañas de Ifara y de Los Riscos, más concretamente en el tramo del Barranquillo de la Solapa que colinda con la TF-1. Tras desplazarnos a la zona pudimos comprobar cómo varios operarios, se encontraban ocluyendo una serie de cuevas artificiales con gran valor etnográfico y arqueológico.



Debemos recordar que todo el entorno de la montaña de Ifara (declarada BIC), está catalogado como de alto valor arqueológico con más de una treintena de yacimientos registrados. Pese a las promesas e intenciones de convertir este rico espacio ambiental y patrimonial en un Parque Arqueológico, lo cierto es que siguen pasando los años sin que dicho proyecto se convierta en una realidad. El lugar sigue siendo fruto de todo tipo de atentados medioambientales y patrimoniales, proliferando en los últimos años las pistas para tráfico rodado que suponen cicatrices sobre el paisaje, desfigurando barrancos que contienen formaciones geológicas de gran interés científico, además de una riqueza faunística y botánica altamente amenazada. 

Cerca de dichas cuevas se encuentra una era y varias estaciones de cazoletas y canalillos, además de gran cantidad de material en superficie, fondos de cabañas, grabados rupestres, valores etnográficos y otras cuevas de factura indígena que pese a su reutilización tradicional durante los siglos posteriores a la conquista, contienen un gran valor arqueológico nunca prospeccionado.

El colectivo Imastanen pudo comprobar in situ como con la ayuda de una retroexcavadora, varios trabajadores estaban rompiendo parte del risco para emplear rocas de gran tamaño y bloquear con éstas las entradas a dichas cuevas. Todo ello sin señalización o identificación alguna que indicase la naturaleza de los trabajos en curso, tal y como exige la ley y más teniendo en cuenta la fragilidad del paraje en el que se desarrolla una intervención tan agresiva sobre el medio natural.

Tras proceder a dar el debido parte a las autoridades, avisando como de costumbre al área de Patrimonio del Cabildo así como al propio ayuntamiento responsable -en este caso el de Granadilla- además de a la Policía Autonómica y tras recabar más información, conocemos que las cuevas afectadas tienen propietario y que fue este quien dio la orden de taponarlas de esta manera tan dañina, mediante una intervención que entendemos del todo inadecuada. Las razones detrás de este atentado contra el patrimonio, más allá de que se justifiquen una vez más bajo el argumento del interés privado, parecen derivarse del hartazgo del dueño de las cuevas a causa de la continua presencia de personas provenientes de Europa, que vienen ocupando éstas y otras cuevas en las comarcas de Abona y Arona. Una práctica extendida que continúa produciéndose gracias a la falta de control y protección de aquellos espacios naturales en donde aún sobreviven vestigios de nuestra antigüedad.

 Los “ocupantes” extranjeros, que eligen como vivienda sin costes espacios tan valiosos y sensibles como son las cuevas de alto valor arqueológico y etnográfico, se convierten en la práctica en una gran amenaza, no solo para los valores patrimoniales -al realizar obras de acondicionamiento e intervenciones de todo tipo, que en muchos casos acarrea daños irreversibles sobre yacimientos guanches, que aún hoy continúan sin protección alguna- sino para el propio medio natural, acumulando basura y desperdicios. Ya hace cerca de un año nuestro colectivo avisó al Seprona y a otras autoridades responsables tras detectar otra serie de cuevas en la misma zona que se habían convertido en viviendas de personas extranjeras que además, se permitían amenazar y amedrentar a cuantos paseantes decidieran disfrutar de los senderos que atraviesan este maravilloso paisaje del sur de la isla. Estos individuos se habían adueñado del barranco y sus cuevas al punto de llegar a amenazar con perros, gritos y actitudes agresivas a los canarios y canarias que se acercaban al lugar para disfrutar de un paseo. Nunca obtuvimos respuesta ni comprobamos actuación pertinente de autoridad alguna.

En este caso de hace una semana, pudimos comprobar cómo no es sino hasta pasadas las 24 horas de nuestra alerta a las autoridades, cuando éstas hacen acto de presencia mediante un solo agente de la policía local, quien dado el tiempo transcurrido desde el aviso hasta su aparición en el lugar de los hechos, ya no encuentra actividad en el lugar, habiéndose retirado los trabajadores, los contenedores de escombros y la pala excavadora. Solo las cuevas tapiadas de forma demoledora y el daño irreversible ya ejecutado.

 Hay que recalcar que la presencia de la retroexcavadora y de los trabajadores, se podía observar con claridad desde la autopista, al encontrarse trabajando a pocos metros de ésta. Trabajaron durante al menos tres días sin que nadie se alarmarse, hasta que este colectivo se apercibe dando inicio al protocolo que seguimos para este tipo de atentados contra el patrimonio tal y como describimos anteriormente.

En el momento de redactar este comunicado, desconocemos si estos daños sobre el patrimonio de todos y todas las canarias, independientemente de que se trate de un terreno con dueño particular, serán motivo de sanción y si se buscará al responsable para que responda ante la ley. La confusión y la descoordinación entre los órganos competentes del Cabildo Insular y los diferentes ayuntamientos, favorece que los tiempos de reacción permitan en la gran mayoría de casos, que este tipo de daños gocen de impunidad y queden sin castigo.

Además queremos recordar que hace apenas unos meses, se produjo otro hecho deleznable en los Llanos de Ifara (un Bien de Interés Cultural), como fue la celebración de un campeonato de tiro al plato, que dejó gran cantidad de basura, infinidad de fragmentos de platos, cartuchos y otros desechos. Todo ello nuevamente sin que ninguna autoridad controlase lo que allí sucedía. Toda esa zona del municipio, como pasa de manera habitual en otros contiguos como el de Arico, se han convertido en el espacio de ocio sin límites para motos de cross, quads, paseos a caballo y otras actividades sin regulación que se desarrollan sin respetar ni tan siquiera los senderos. Éste descontrol provoca daños irreversibles tanto en la delicada flora, de por sí ya amenazada, como especialmente en los múltiples yacimientos que a día de hoy siguen sin señalizar ni protegerse adecuadamente.

 Por último queremos señalar que el motivo principal para el reiterado incumplimiento de la Ley 11/19 del Patrimonio Cultural de Canarias por parte de los propios gobiernos de la isla estriba en la falta de coordinación entre las diferentes administraciones responsables. Unos y otros se excusan en la falta de medios técnicos que posibiliten actuaciones en el marco de dicha ley, señalándose entre sí y lamentando la imposibilidad de actuar sobre casos concretos debido a la sobrecarga de trabajo y cuestiones burocráticas que afecta a los/las empleados/as públicos/as en este área tan delicada.

Desde Imastanen entendemos que esta carencia de medios que afecta a los/las profesionales del sector público encargados/as de velar por la custodia y protección del territorio, así como la notable descoordinación existente entre unos organismos y otros, viene provocada por una tendencia histórica a ignorar ciertas cuestiones y más concretamente todo aquellos que tenga que ver con la conservación ambiental y muy especialmente con el legado patrimonial indígena. 

Creemos firmemente que todo ello se deriva de una ausencia de voluntad política por parte de los cargos electos independientemente de su color político, una vez acceden al poder. 

  

 Colectivo Imastanen 

 Defendiendo el legado superviviente

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