Los campos de golf en zonas de valor arqueológico: Una historia de abandono y destrucción

El Conchero de Punta Negra forma parte de un conjunto arqueológico de La Fuente en el municipio de Buenavista. Este conjunto de yacimientos tuvo la mala suerte de encontrarse en el lugar elegido para construir el campo de golf de Buenavista. Dentro del campo de golf quedaron emplazados algunos yacimientos, del que desconocemos el estado presente en el que se encuentran al tratarse de una propiedad privada, todo y que la ley obliga a que en este tipo de casos se permita acceder a las personas que deseen visitarlo en unos horarios y días de la semana determinados. Esto no sucede en ningún caso, y casos en los que se vayan a construir urbanizaciones de lujo o campos de golf en zonas de elevado valor patrimonial indígena, en Tenerife no faltan.

El Conchero de Punta Negra es un ejemplo paradigmático de un yacimiento guanche afectado por un campo de golf. El yacimiento, este caso catalogado y estudiado, está ubicado en el margen de los terrenos del club Buenavista Golf y pese a estar señalizado por un cartel interpretativo, se encuentra en un estado de conservación lamentable.Hemos podido comprobar cómo tras las prospecciones realizadas en 1994 y la retirada de numeroso material de valor científico, contiene aún, además de los restos de malacofauna y de vertebrados marinos y terrestres, gran cantidad de material lítico y fragmentos de cerámica. Nuestro colectivo ha podido constatar que el expolio de materiales ha ido mermando de restos el espacio, que fuera utilizado por los pobladores de la zona desde época guanche hasta tiempos históricos más recientes. 

A pesar de encontrarse señalizado con un cartel explicativo en español e inglés, es común que debido a la elevada afluencia de paseantes y excursionistas, éstos utilicen el propio yacimiento para sentarse, comer, fumar y descansar , sin prestar la menor atención al frágil espacio en donde se encuentran. Restos de basura y pelotas de golf, han ido sustituyendo progresivamente a los materiales arqueológicos en superficie antaño muy numerosos. Además este yacimiento se estuvo viendo afectado durante mucho tiempo por el riego del propio campo de golf que impactaba directamente sobre él. Finalmente y tras varios intentos por parte de los arqueólogos que se encontraban con negativas por parte de la dirección de las instalaciones, la entonces directora de Patrimonio del Gobierno de Canarias Nona Perera, intervino para conseguir un acuerdo. El efecto del riego sobre las conchas provocó su descompactación y su pérdida. En este acuerdo se acordó además que el campo de golf, permitiría que se pudieran estudiar y catalogar otros tantos yacimientos que se sabe se encuentran en su interior. Esto último sigue sin haberse producido y siendo realistas,no esperamos que se lleve a cabo.

El nuevo campo de golf proyectado en Hoya Grande en Adeje, además de tener un plan de impacto arqueológico en el que quedaron fuera al menos dos valores, uno de ellos no catalogado, reconoce que los valores arqueológicos y etnográficos presentes en la zona de la obra, “se verán directa o indirectamente afectados”. Pero esta historia es vieja y prácticamente en todas las áreas donde se han construído los 9 campos de golf que existen actualmente en la isla, existían valores arqueológicos que desaparecieron para siempre. El caso de Amarilla Golf en San Miguel, es uno de los más lamentables dada la destrucción que supuso para una zona de un elevadísimo valor científico biológico y patrimonial.

En 2022 los medios anunciaban que el ayuntamiento de Buena Vista había destinado 12.850 euros para la conservación preventiva del conchero de Punta Negra, “su puesta en valor” de cara a “proponer medidas para su mantenimiento y así evitar y en la medida de lo posible revertir el deterioro” que venía sufriendo desde hace 28 años, desde que fuera prospeccionado y estudiado. A día de hoy, tal y como hemos podido comprobar el lugar solo cuenta con un cartel informativo en el que en ningún caso se apuntan las normas cívicas a seguir ante un lugar de tanto valor ni las sanciones que podrían derivar de su alteración o daño.

Pese a los protocolos para obtener permisos de construcción, con planes de viabilidad, estudios de impacto medioambiental, patrimonial y demás cuestiones burocráticas que establece la ley cuando se trata de construir sobre zonas de especial interés científico por la riqueza ecológica y patrimonial que poseen-que en canarias acoge todo el territorio-, la realidad última es que nada ni nadie puede detener la ejecución de estos mega proyectos y que el interés público siempre queda en segundo plano cuando se trata de inversiones de capital privado, para uso y disfrute unos pocos. Territorios que son transformados para siempre, dejando de formar parte de nuestra historia y geografía para convertirse en islas dentro de las propias islas, en las que el pueblo canario con toda su historia, riqueza natural, identidad, cultura y derechos queda marginado, pasando a ser extraño en su propia tierra.


Colectivo Imastanen
Defendiendo el legado superviviente



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