Continúan los campeonatos de tiro al plato en espacios naturales protegidos y de alto valor patrimonial: El BIC de Pasacola y el Barranco de los porqueros en Candelaria.
Nuestro colectivo ya denunció a través de varios comunicados publicados en prensa recientemente,la polémica generada por la celebración de varios campeonatos de Recorridos de Caza, una modalidad de tiro al plato, en espacios de alto valor natural y patrimonial en la isla de Tenerife. El Campeonato de España en 2024 celebrado en los Llanos de Ifara en mitad de un espacio enmarcado por el Monumento Natural Montaña Ifara y Los Riscos, así como por varios espacios de hábitat de flora y fauna endémicas con categoría de protección especial, y valores patrimoniales catalogados como BIC, trajo consigo imágenes detestables que presentaban la zona repleta de restos de plato, cartuchos, tacos concentradores plásticos, balizas y otros desechos producto de dicha actividad. Además se pudieron constatar daños graves en varios especímenes botánicos de gran envergadura como un anciano cardón, tabaibas y verodes con impactos de perdigón y fragmentos de platos incrustados que finalmente acabarían por provocar su muerte. En la primavera de este 2025 la polémica volvió a servirse tras la celebración de otros tantos campeonatos de esta modalidad, tan invasiva con el medio natural. El Campeonato de Tenerife de RRCC celebrado en Hoya Grande (Adeje) en Abril o el de Canarias celebrado nuevamente en torno al Monumento Natural de Ifara y sobre Suelo Rústico de Protección Cultural, dejaron estampas idénticas a las de ediciones anteriores. Un desastre ambiental y patrimonial que detallamos en sendos comunicados expuestos con pruebas gráficas, tanto en prensa como en nuestras redes y sitio web. Esta modalidad, según fuentes especializadas consultadas, “necesita de grandes extensiones de terreno con barrancos, vegetación y masas arbóreas que oculten el vuelo del plato al tirador para poder practicarse y obtener mayor realismo y dificultad”. Está por ver que una actividad “no cinegética” como es el tiro al plato, esté contemplada dentro de las permitidas en un coto de caza intensivo como el que las autoridades locales han concedido al colectivo de cazadores en esta área de alto valor medioambiental y paisajístico de por sí amenazada por otro tipo de actividades ilegales. Nuestro colectivo tiene previsto reunirse con los diferentes actores implicados como el Ayuntamiento de Granadilla, de cara a dirimir responsabilidades y aclarar muchos de estos aspectos cuestionables.
Recientemente unos vecinos del municipio de Candelaria, alarmados por las noticias aparecidas en prensa en torno a estos campeonatos y sus efectos adversos sobre el medio natural y el patrimonio cultural, pusieron en nuestro conocimiento que algo idéntico había sucedido en una zona de su municipio en el mes de Marzo, tras la celebración de un Campeonato Insular de la modalidad de tiro conocida como Compak Sporting. Las zonas afectadas en este municipio corresponden al BIC de Pasacola en los altos de Igueste de Candelaria, al Barranco de los Porqueros y al Camino Real, también considerado un Bien de Interés Cultural. La presencia de numerosos yacimientos guanches en la zona así como multitud de elementos etnográficos en estado de deterioro avanzado, se han podido ver afectados por los desperdicios generados en este tipo de competición de caza. En este caso además, el riesgo sobre los valores patrimoniales y naturales presentes se acentúa, al tratarse la zona más afectada por los disparos, de un barranco de gran verticalidad que impide cualquier promesa de limpieza. Si bien a este respecto y dada la naturaleza y tamaño de los residuos generados, ya explicamos que consideramos un daño en sí mismo el que algunas zonas afectadas en Granadilla fueran pretendidamente limpiadas tal y como defendió en un comunicado la Federación de Tenerife. Hemos podido comprobar de primera mano cómo al arrastrar con los restos de plato y plásticos en aquellas zonas más accesibles, también se está haciendo desaparecer materiales arqueológicos en superficie, como fragmentos de obsidiana, cerámica y concheros de factura guanche. Sencillamente no son sitios que se puedan “barrer” como se barre el patio de una casa. En este caso además, como decimos, la gran mayoría de tapones, cartuchos y fragmentos de platos rotos, acabaron en el fondo de barrancos inaccesibles.
Seguimos sin entender la lógica detrás de que se siga permitiendo la celebración de eventos de esta naturaleza en espacios tan sensibles y con tantos valores que proteger y más cuando sabemos que a escasos kilómetros de este espacio natural elegido como escenario para disparar sobre miles de platos a lo largo de tres días, existe un campo de tiro habilitado idóneo para este tipo de actividades. El Campo de tiro La Caldera en Barranco Hondo, se creó con la intención de minimizar los efectos nocivos del plomo y otros restos tóxicos sobre el ecosistema. Por algún motivo a las autoridades locales les sigue pareciendo buena idea llegar incluso a cerrar un camino homologado, para celebrar un campeonato de tiro al plato y dejar el ya de por sí maltratado entorno natural del municipio, aún más dañado, con tal de contentar a un colectivo minoritario. Apostar por este tipo de actividades mientras siguen sin protegerse los numerosos yacimientos ya catalogados y otros muchos existentes sin catalogar, nos parece una falta de respeto hacia el legado cultural del pueblo canario en su conjunto.
Recordamos que Imastanen hizo públicos tres atentados contra valores patrimoniales guanches durante este último año, solo en Candelaria. Por parte de las autoridades locales nunca se produjo un pronunciamiento al respecto ni se ha tomado medida alguna en pos de prevenir y sancionar este tipo de actos vandálicos. Entendemos de todo esto, que al actual gobierno municipal, del mismo modo que a sus predecesores, les interesa más mantener contentos a los cazadores -aún al precio de deteriorar y sumar contaminación a un medio natural, que en Candelaria no puede presumir de buena conservación-, que el hacer cumplir la ley en lo relativo a la conservación del patrimonio material indígena y la protección de su amenazada biodiversidad.
Mientras el patrimonio eclesiástico y etnográfico relacionado con la huella colonial, recibe un trato privilegiado- en donde la figura del guanche solo cabe si es presentado como la de un suplicante y sumiso feligrés arrodillado ante el sincretismo usurpador-, el patrimonio indígena permanece condenado al más absoluto abandono. No es solo desidia y dejadez lo que se da en torno al legado guanche en Candelaria, es también complicidad con una histórica voluntad aculturizante, que oculta el testimonio vivo del guanche tras una imagen derrotada y dócil, en donde la historia de un pueblo milenario pareciera comenzar de forma irónica, a partir del momento en el que se produce su conquista y calculado etnocidio.
Colectivo Imastanen
Defendiendo el legado superviviente
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