La irresponsabilidad de la Concejalía de Patrimonio de Güímar, sigue poniendo en riesgo los yacimientos arqueológicos del municipio

Nuestro colectivo ya alertó hace dos meses del riesgo de sufrir daños irreparables que afectaba a un yacimiento de grabados rupestres dentro del municipio. El yacimiento en cuestión se encuentra junto a un camino rural por el que transitan vehículos y maquinaria agrícola. Además el lugar es frecuentemente transitado por deportistas en la práctica de trekking. Al encontrarse a escasos metros del acceso de una finca, el yacimiento, que sigue sin señalización alguna, pasa inadvertido y sirve como aparcadero y viradero de vehículos. El riesgo de daño que este tránsito continuo puede comportar para el yacimiento guanche es evidente, ya que muy pocas personas conocen los valores sobre los que están aparcando o pisando. Huellas de coches, motos, pisadas humanas y de caballos, han sido documentadas por nuestro colectivo justo encima del propio grabado.


Como ya comentamos en el mes de Mayo y tras dar aviso a los responsables municipales en la materia (alcalde y concejales), en varias ocasiones se intentó por parte de nuestro colectivo, trasladar a los responsables políticos y técnicos hasta el lugar, con tal de que  comprobaran por su propia mano el daño y amenaza señalados. Se nos ofrecieron varias citas con el concejal de Patrimonio, que sucesivamente fueron aplazándose. Pese a que inicialmente y tras saltar la noticia en prensa, el edil de Comercio, Turismo, Limpieza, Jardines y Control de Plagas, contactó con nosotros, al derivarse la cuestión hacia el área de Patrimonio, y pese a acordar varias visitas al yacimiento con el concejal de esta área, nunca se llegaron a efectuar. Pese a la falta evidente de interés tras cancelarnos la última de las citas agendadas y el silencio posterior hasta el día de hoy, llegamos a pensar que antes o después se tomarían las medidas oportunas para proteger y señalizar el yacimiento afectado. A pesar de  nuestras advertencias  y las aparentes muestras de interés de los gestores políticos, este pasado fin de semana se llevó a cabo la celebración de un evento deportivo (XII edición de la vertical de Güímar) de gran envergadura que pasaba por ese punto. Se trata de una popular carrera de montaña que este año contó con la participación de 250 inscritos, atrayendo a mucho público aficionado que como de costumbre se desplaza para ver pasar a sus amigos y familiares correr por los diferentes tramos. 


El yacimiento aquí tratado se encuentra en una ubicación particularmente crítica durante este tipo de eventos, dada la afluencia de público que llegó a situarse sobre el propio yacimiento tal y como pudimos constatar al presentarnos en el lugar. Una vez allí y ante la inacción de las autoridades, les pudimos explicar personalmente a quienes pisoteaban -sin advertirlo- los grabados indígenas, que en ese lugar se encontraba un valor patrimonial y un Bien de Interés Cultural. Todos sin excepción colaboraron al ser advertidos, no sin mostrar una profunda sorpresa derivada del hecho de no llegar a explicarse cómo dicho enclave sigue sin contar con algún tipo de señalización que pueda evitar que se le causen daños de forma involuntaria. Un B.I.C. catalogado que las autoridades locales parecen olvidar se encuentra dentro de sus competencias, como son el protegerlo, conservarlo, custodiarlo y divulgarlo entre otras muchas estipuladas por ley. Dado el lamentable estado de la totalidad de yacimientos dentro del municipio güimarero, no es de extrañar que este yacimiento tan poco conocido, sea ignorado y expuesto a estos riesgos innecesarios por mera incompetencia. Sabemos que existen fondos públicos disponibles desde el Cabildo Insular y Gobierno de Canarias a disposición de los ayuntamientos para efectuar actuaciones dirigidas al cumplimiento de la ley en materia patrimonial. No existe por tanto -y en esto Güímar no es una excepción en Tenerife- voluntad real de emprender iniciativas prácticas que velen efectivamente por el patrimonio arqueológico y pongan en valor el legado material guanche que pese a todo, aún resiste. 


Durante toda la jornada apostados en el enclave, pudimos conversar con las familias que acudieron a presenciar la carrera y al ser puestos al corriente de la situación general que vive el patrimonio indígena tanto en Güímar como en el resto de la isla, no salían de su asombro. Sencillamente se hace inconcebible que, conociendo la presencia de estos valores y habiéndo sido alertados sobre su fragilidad y vulnerabilidad, no se hayan tomado medidas para velar por su conservación. Ni un miserable letrero, ni un balizado provisional, ni tan siquiera un mínimo esfuerzo por comunicar la presencia del yacimiento a los organizadores. Ni tan siquiera el propio Concejal de Deportes, con quien tuvimos ocasión de hablar para explicarle la situación, tenía noticia de la existencia de estos grabados colindantes con el recorrido de la carrera. La sensación que nos llevamos tras permanecer toda la jornada junto al yacimiento velando por su integridad y ofreciendo información en un enriquecedor dialogando con las personas allí presentes, es que en general la gente cree que el patrimonio guanche es casi inexistente y que les alarma muchísimo el hecho de que las propias instituciones competentes, no estén haciendo cumplir la ley (Art.17 de la Ley de Patrimonio 25 de Abril de 2019). 


Como decimos Güímar no es la excepción. Actualmente en Tenerife no solo no existe comunicación entre áreas dentro de una misma administración como ha quedado de manifiesto en este y otro muchos casos, sino que las diferentes administraciones que deberían velar por el legado indígena no se coordinan entre sí. No se solicitan partidas presupuestarias disponibles y las que sí se movilizan en cuestión de patrimonio, van dirigidas eminentemente hacia figuras arquitectónicas y etnográficas. Parroquias, ermitas, casas señoriales, palacios de apellidos coloniales ilustres y fiestas de toda índole bajo el pretexto de poseer un interés cultural, reciben inversiones millonarias. Mientras tanto ninguna actuación dirigida a proteger, divulgar y conservar el legado material guanche. Un territorio del tamaño de Güímar que cuenta con centenares de yacimientos catalogados y sitios de interés arqueológico reconocidos como inéditos, a los que se suman muchísimos más no catalogados aún, solo ha puesto en relevancia de forma oficial dos de ellos: Las Pirámides, con su polémica asociada y la cueva de Chinguaro, con su alteración arquitectónica reciente, son los únicos enclaves que la mayoría de personas conocen en el valle. El entero Valle de Güímar,  que cuenta con tres demarcaciones municipales (Arafo, Candelaria y Güímar), sigue sin contar con un solo catálogo arqueológico municipal actualizado. 


Las décadas van pasando y la memoria guanche en Güímar sigue centrada en el retrato colonial del buen salvaje: Trogloditas harapientos, rendidos y postrados a los pies de una figura de madera traída por los insignes conquistadores junto a su religión y cultura superiores. Sincretismos a parte, creemos que toda memoria merece el mismo respeto y dedicación, pues cada fragmento de la historia de Canarias es una parte fundamental del puzzle que conforma nuestra identidad presente. Lo que no es de ningún modo tolerable, es que desde el poder público que dice velar por el cumplimiento de la ley, se siga marginando todo lo que tenga que ver con nuestros antepasados y su huella, priorizando la impostura colonial que trató y sigue tratando de borrar su memoria para siempre.


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